martes, 8 de febrero de 2011

La transformación empresarial que demanda el mercado

Hoy más que nunca estamos inmersos en un momento de cambios, en todos los sentidos y cada vez más rápidos. Y, en el caso de las empresas, de cómo se adapten al cambio en el presente depende su supervivencia en el futuro. Las personas y, por tanto, las empresas tenemos tres maneras de enfrentarnos al cambio: Resistirnos, adaptarnos o anticiparnos. En la mayoría de los casos las personas tienen una tendencia natural a resistirse al cambio. Sin embargo, hoy en día, esta no es la postura correcta. En la Comunidad de Madrid promovemos la anticipación en lugar de la adaptación o la resistencia.

En Madrid Excelente consideramos que estamos viviendo un momento crucial, estamos asistiendo a todos los niveles a una crisis sin precedentes y, por tanto, desde el punto de vista empresarial, se tienen que producir respuestas sin precedentes. Hoy en día las organizaciones tienen que abordar el desafío de competir en mercados decrecientes e inestables y actualmente muchos modelos de negocio se han quedado obsoletos y están en declive estructural. Y esto a pesar de que las empresas ofrecen cada vez mejores productos y/o servicios, y mejores estándares de calidad; pero los resultados empresariales son peores.

¿Cómo puede abordar el tejido empresarial este momento? Consideremos la empresa como si fuese un iceberg. Éste se mueve por los vientos y por las corrientes. Si ambos no van en la misma dirección el iceberg avanza erráticamente por el océano. Traslademos este ejemplo al mundo de la empresa. Una organización se mueve por la estrategia y la gestión, pero también son fundamentales el liderazgo y la cultura para que la empresa pueda avanzar hacia el camino correcto.

En definitiva, el reto que tienen hoy las empresas es abordar una transformación que implique a toda la organización en el diseño y ejecución de la estrategia de futuro. Por un lado, con perspectiva estratégica. Y por otro lado con un liderazgo transformador con capacidad para cambiar el ritmo y el rumbo de las organizaciones. El ritmo, con un equipo inspirado, motivado y cohesionado; y el rumbo, con una estrategia de futuro prometedora.

Para llevar a cabo esta acción de excelencia en gestión, en la empresa tiene que haber un líder proclive al cambio, con una gran capacidad para gestionar equipos, hacer aflorar el talento de sus colaboradores y proclive a la innovación. Sólo así logrará un equipo formado por personas entusiasmadas con su trabajo, con ganas de aportar ideas y de trabajar por la organización. Este es un reto difícil, pero ahora es más necesario si cabe que antes, puesto que sólo las empresas que implementen estrategias y procesos basados en una gestión excelente conseguirán salir airosos de la crisis y de esta etapa de cambio.

Así lo creemos en la Comunidad de Madrid, que a través del modelo de gestión de la marca Madrid Excelente promovemos la cultura de la calidad y la excelencia en gestión en el tejido productivo regional y nacional. Un modelo basado en los 8 principios de la Excelencia reconocidos a nivel internacional (Liderazgo, Procesos, Personas, Innovación, Clientes, Alianzas, Responsabilidad Social y Resultados), pero otorgando aún más relevancia que otros modelos a la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) y a la Confianza de los Clientes y/o Consumidores.

Nuestro modelo de gestión y, por tanto, el sello Madrid Excelente no se fija en un producto o servicio determinado, sino que pone el foco de atención en la gestión de la empresa a 360 grados; es decir, en su relación con clientes, trabajadores, accionistas, proveedores, medio ambiente, etc.

A través del modelo Madrid Excelente las empresas analizamos y evaluamos a las empresas, es decir, medimos en qué posición se encuentran en ese camino hacia la excelencia. Además, se las informa de sus puntos débiles y de sus áreas de mejora, con lo que la empresa puede avanzar en su gestión.

A través de múltiples iniciativas, como la marca Madrid Excelente, el Gobierno regional apuesta por la excelencia y la innovación como bases de la prosperidad y el crecimiento y más en época de crisis. La Administración debe ayudar a las empresas en esta transformación que está demandando el mercado, y la mejor manera para hacerlo es crear un entorno con las condiciones necesarias para que los empresarios desarrollen su actividad de forma competitiva, es decir, generar un entorno business friendly.

El Gobierno de la Comunidad de Madrid, con la implementación de unas políticas económicas liberales basadas en la austeridad, la bajada de impuestos y el apoyo al tejido productivo, ha conseguido que Madrid sea una región amigable para los negocios, como lo demuestra el hecho de que una de cada cuatro empresas que se crean en España elige Madrid para instalarse. Además, la Comunidad de Madrid se ha convertido en el centro internacional de negocios de nuestro país, ya que concentró el 62,3% de la inversión extranjera entre 2003 y 2010, frente al 11,3% de Cataluña en el mismo período.

Pese a la crisis, la región ha mantenido unos estándares de calidad que le ha permitido resistir mejor esta coyuntura económica. La economía madrileña no se para, es dinámica e innovadora y ha demostrado que va por delante de las demás regiones españolas, lo que le ha permitido auparse en 2009 como la región con mayor peso económico de España, según la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas).

Lideremos también la demandada transformación empresarial para volver a la creación de empleo y a la senda del crecimiento con ingredientes como la excelencia y la innovación.

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